¡Volar sin amarras!

¡Volar sin amarras!.

«No se nos manda odiar a nuestros parientes por ser parientes, sino sólo porque nos estorban amar a Dios. Bajo este especto no son parientes, sino enemigos, según la Escritura: ‘Los enemigos del hombre son sus domésticos’ (Mi 7, 6)». 9

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